
En esta casa no miro el cielo. Miro la dura
extensión que me circunda, escucho lejos batallar el
viento. Sus límites me marginan de lo abierto.
Es una casa cerrada, nada en ella se revela.
No hay espacios ni columnas ni aleros donde aniden
pájaros inquietos. Una casa desnuda sin el hondo
temblor de lo secreto. Me pego de sus muros, de su
olor a desierto. Es mi casa.
Antonia Palacios (1904-2001)