
Pídele a un estudioso
que te hable de la hormiga, como insecto.
Medita, en Dios creando
una hormiga perfecta, en el Principio.
Pinta una hormiga negra
y una luna turquesa,
sobre una cartulina
púrpura.
O haz un acto de magia, derramando
simples gotas de miel, sobre la mesa,
para ver cómo surgen de la nada,
a cien pies de la calle, las hormigas.
Y compara su vida con tu vida.
Sus luchas e invasiones, con tus guerras.
Imagina tu muerte
como un pájaro raudo.
Todo es uno.
Margarita Inastrillas