
El sol no se arrepiente
del mediodía que les procura en el piso.
Es abril y las hojas lo han manifestado.
Secas, plantan su estruendo
tras mis pasos y no hay huellas,
nadie recuerda su dolor.
Entre ellas se hace saber el sueño,
esa infinita inauguración sobre la teirra.
Llegan desde las alturas,
hacen época en la nostalgia
y un mes las ayuda a despedirse del aire.
Los árboles se despojan
de esas plumas en sombra.
Dejemos a esas sombras secas
saber de nosotros.
Y juguemos con algún trozo de la tarde.
Juan Luis Landaeta
Lástima que la luna no está llena. Entonces no te pega...
ResponderEliminarNo.
No importa si está llena, tu eliges si te pega o no.
Tu decides si está llena o no.
Tu haces que sea libre, pero no puedes impedir que yo la acorrale.