
He perdido la perla de los azares,
la lágrima negra de la fantasía
que daba contorno a tus visiones.
Hemos arrastrado los meses
en carretas de ébano
para huir a los minutos.
Atento estuviste
a los parajes oxidados
y a las tumbas de arcilla.
He visto hombres sin alma
caminando vivos
junto a tu féretro.
Les hablé
y respondieron sin voces,
sólo campanadas
exhalaron sus bocas negras.
Desde el barro escuchabas el sonido hueco.
Loredana Volpe
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