
Tus gestos se estacionaron
en la palidez de su olor
Tu sonrisa
ya no tocó su vientre
ni siquiera
movió el aliento
que tenía por boca
Tus dedos caminaron
sobre las grietas
de su ánimo
No quiso vestirse
con tus hojas de etiquetas
Viste dibujarse en su cara
las entonaciones
de una escena repetida
de dos
en otro lugar
de otra historia
de otra gente
Abril Mejías
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