domingo, 22 de abril de 2012

Gramática de la muerte


En estas pasadas vacaciones de Semana Santa, la providencia quiso que pudiera reencontrarme (más allá del terreno de lo virtual) con Miguel Ángel Alonso, lejano amigo, participante del primer Taller de Poesía (1990-1991) que dictase en la UCAB. Grata y larga conversación acompañada de los varios libros que, en materia de poesía, ha publicado en Tenerife, España, lugar donde tiene su residencia. Su trabajo poético da cuenta de un, cada vez más, dominio firme de la palabra, la imagen y la tradición lírica venezolana. Acá, un poema de su libro Palabras en los ojos (2011), accésit del Premio de Poesía Tomás Morales, en su edición del 2010.

GRAMÁTICA DE LA MUERTE

Mi cuerpo vendrá a ser
simple sedimento: una palabra
con otro significado,
descolorida y fértil
en cada una de sus partes,
anclada sombra
musitando entre lombrices.

Tu cuerpo vendrá a ser
una endeble desinencia
del hedor y la armonía;
un hito cobijado por larvas
diacríticas, por heces.

Su cuerpo ya es, será
una tediosa concordancia
con la tierra pútrida
cuyas entrañas deletrearemos
con los mismos
huesos, con las uñas mismas
girando como
un rompo tras el tiempo.

Nuestro cuerpo vendrá a ser
la oración subordinada
del fango y del celaje, siempre,
o la mayoría de las veces
orín nominativo, vocal oscura.

Vuestro cuerpo tan solo
una humilde tiza para escribir
con el en el abismo,

un avecilla clausurada desde
ninguna providencia;

repulsivo cascote de lo eterno
(o de lo etéreo, mejor dicho),
eso vendrá a ser.

Sus cuerpos, los de ellos, ya
son, serán emboscados linotipos
que la muerte toca
con dedos o lengua de papel.

Poema de Miguel Ángel Alonso